Emprendedores somos todos – y todas

Hoy todo profesional es «emprendedor de sí mismo», ya trabaje por cuenta propia o ajena. Todos tenemos alguien a quien convencer y para ello, antes, es necesario diferenciarse y posicionarse.

Entiendo por emprendedor/a aquella persona que tiene una idea, que quiere convertirla en realidad, para lo cual debe contar con recursos propios y ajenos. Si damos por válida esta definición, todos somos emprendedores: nuestros proyectos raramente se realizan en solitario en su totalidad y necesitamos complicidades externas para sacarlos adelante.

Un ejemplo que conozco bien: los autores. Un autor que quiera ser leído debe convencer a muchas personas para que «inviertan» en él/ella. Al agente, para que le represente, al editor para que le publique y -ya sea publicado o autopublicado- al lector para que adquiera su libro o se lo descargue. Por suerte hoy podemos ser autores 2.0 (más sobre el tema en la videoentrevista de Escritordeoficio y en la que la revista Literata publica este mes, p. 11).

Al mismo reto se enfrenta un asalariado, quien tiene que convencer a sus compañeros de equipo, jefes o subordinados para que colaboren en la consecución de sus objetivos.

En ambos casos disponer de una marca personal definida es un buen punto de partida. Del tema me he ocupado en Y tú, ¿qué marca eres? y se ha ocupado el dossier de la revista Emprendedores que sale hoy. Allí me encuentras, compartiendo página con mi colega Andrés Pérez.

Por cierto, el hecho de que sea yo la única mujer que aparece en el reportaje no debería significar que las mujeres profesionales también no puedan y deban crear sus propias estrategias de visibilidad.  Al contrario.

Suscríbete y haz que tu talento sea más visible.

Emprendedores somos todos – y todas Leer más »