Pon una manzana en tu propuesta

tu propuestaLa semana pasada estuve impartiendo un seminario a un grupo de estudiantes estadounidenses. De repente, al entrar en el centro una tarde, me di de bruces con una secretaría totalmente remozada.  Decorando el techo, ristras de banderolas con el mensaje “¡Cuídate mucho!” y en la mesa de la recepcionista un cesto lleno de manzanas y un único rótulo escrito a mano: “Toma una manzana”.

Le pregunté a mi anfitriona qué era todo aquello. Su explicación me llevó a pensar en lo sencillo que resulta a veces cambiar el modo como definimos nuestra relación con el cliente o el interlocutor o el proveedor. Esta semana los estudiantes tienen exámenes semestrales. La universidad quiere comunicarles que es consciente de que se van a matar a estudiar y que les cuida. Por ello y entre otras iniciativas, nada más entrar en el centro les ofrece manzanas y mensajes de refuerzo.

La iniciativa te puede parecer banal. A mí desde luego me sorprendió, porque resultaba muy eficaz en pasar la relación del plano académico al plano emocional. Como analizan muy bien en la revista de prospectiva Trendwatching, “El yo cuantificado ha fracasado”. Tenemos infinidad de datos sobre nosotros mismos pero no sentimos que eso nos haga mejores. En un entorno de saturación, el contacto emocional resulta cada vez más importante para que nuestro interlocutor nos preste su atención. ¿Qué podemos hacer para conectar emocionalmente con nuestro lector, cliente o consumidor?

En Trendwatching incluyen algunos ejemplos llamativos:

– El canal de TV brasileño SBT creó una máquina de vida, un proyecto pop-up en el cual el usuario “pagaba” con su cigarrillo y la máquina le expendía a cambio un regalo (entradas para el cine, revistas)… y once minutos de vida adicional (periodo que cada cigarrillo acorta a un fumador).

– La marca de zapatos Mamut permitió durante dos semanas que sus clientes pagasen hasta el 40% de sus compras con botellas de plástico. Cada botella “valía” 4 dólares y la campaña se enmarco dentro de un proyecto para limpiar las playas uruguayas.

Otro ejemplo, menos espectacular pero más cercano. Para celebrar el Año Internacional de la Familia, el Ayuntamiento de Barcelona grabo una serie de videos sobre los valores familiares. La peculiaridad estriba en que quienes simbolizan estos valores son colectivos que no son familias, pero funcionan como tales: los tenderos de un mercado de abastos habla de la corresponsabilidad, los castellers de la confianza y en mi propia asociación (!!) hablamos del diálogo. El proyecto busca  trascender el discurso institucional con las declaraciones de los vecinos.

Pensemos cómo podemos introducir en nuestra propuesta elementos que modifiquen nuestra relación con el otro.Encontrar la vía que lleva al contacto emocional no es sencillo, pero tampoco es necesariamente caro o excluyente. Se trata –creo- de poner a la persona en primer plano y pensar qué «manzana» podemos ofrecerle que le ayude a sentirse mejor.

Gracias por compartir esta nota y por comentarla a pie de post.

PD: Estas manzanas gigantes decoran la fábrica de cestos Longaberger en Dresden, Ohio; la foto procede de este pin.

 

 

 

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5 comentarios en “Pon una manzana en tu propuesta”

  1. Gracias, muy útil.
    Se trata de parar un instante en nuestro frenesí diario y, desde la consciencia, pensar en como nos gustaría recibir el mensaje. En ese momento surgen todas las ideas.
    De nuevo, gracias.

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