Entrevistas y reseñas (ellas y ellos)

La nueva ola de referencias a Una mujer como tú nos ha deparado alguna sorpresa. 

La ola la inició Fernando con su reseña en Territorio enemigo: me interesó mucho su apreciación de que en la novela los hombres son a la vez parte del problema y de la solución. A los pocos días Beatriz Celaya publicó la entrevista que me hizo para la revista cultural Dosdoce. Beatriz puso el acento en las relaciones entre mujeres. Por su intervención nuestra conversación ha podido leerse, entre otros, en el sitio de los Escritores vascos.

A las pocas horas otro hombre, Pablo, desde su «contrato emocional» conmigo (gran concepto, Pablo, y gran honor) publicó en la revista Tokland -y en su perfil en FB- su lectura personal. Pablo le ve posibilidades insólitas a la novela («Perfectamente su texto podría funcionar como API en Facebook “¿Y tu? ¿Qué personaje eres de UMCT”?»). Subraya lo que le gusta y lo que no (considera que los personajes son infantil-peterpanescos). A continuación, la novela aparece en su casa en la sobremesa de domingo y retransmite, en los comentarios, una nueva visión del texto.

Hasta aquí se confirmaba el patrón que  ya en su día intuyó El Veí de dalt : La relación con el texto variaba según el género. Los lectores reseñan la novela. Las lectoras entrevistan a la autora. ¿Leer /conversar? No sé si la muestra es estadísticamente significativa (en el grupo de la novela en FB están compiladas todas las referencias). Ayer, sin embargo, el patrón se rompió con la publicación de Noemí en Boquitas pintadas de la primera reseña escrita por una lectora. Empieza así: «Para empezar, las protagonistas de esta novela no son mujeres como yo. De hecho, no se me parecen en nada». Dicho esto, Noemí comenta los déficits emocionales de las protagonistas y el papel de los hombres y del caos en la trama.  Caos. Interesante.

 

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6 comentarios en “Entrevistas y reseñas (ellas y ellos)”

  1. Era de prever. Tarde o temprano la Ciencia iba a conseguirlo, y parece que ya está en ello. Dentro de nada, podremos ser invisibles:

    http://www.laflecha.net/canales/ciencia/la-invisibilidad-sera-posible-en-el-futuro_-segun-los-cientificos

    ¿Ves? tanto luchar por la visibilidad de las mujeres y ahora resulta que lo que molará será ser invisible. En fin…
    Bromas -o no- aparte, estoy de acuerdo con las personas que opinan que UMCT es una novela muy visual, cinematográfica. Las escenas y las imágenes se sucedían en mi cabeza mientras la leía, y me imaginaba que un Cesc Gay o una Isabel Coixet llevaban el argumento a la pantalla, aunque bien pudiera ser que ambos echaran en falta un poco más de tragedia y angustia vital.
    Por otra parte, no veo la necesidad ni el acierto de identificarse con ninguno de los personajes. Todas y todos tenemos algo de los demás, tanto en la vida real como en la ficción. La madre de Ruth es la madre de la mayoría de nosotras, seamos o no judías. Si me identifico con alguien, me estoy etiquetando, y eso sí que no. Cuando quiero etiquetas, salgo a comprarme trapos. Si jugáramos a este juego, quizá la novela debería haberse titulado «Una mujer heterosexual como tú».
    Para ir acabando, tengo la grata impresión de que ha habido un salto muy importante entre UHDP y UMCT. Un salto cualitativo, técnico, narrativo, personal, de maduración y de todo.
    Y sí, las mujeres somos amigas, claro, sin duda, siempre que nos relajemos lo suficiente para permitírnoslo. Pero nadie quiere saberlo porque nadie quiere vernos. Aún no, y eso que ya va siendo hora.
    Saludos y perdón por el rollo.

  2. AL margen de toda la conversación y diferencias de opinión que se generen, lo que está claro es que el contenido de UMCT interesa por igual a hombres y mujeres. Que tienen lo que hay que tener, claro está.

  3. Querida, «contrato emocional» apareció de repente en mi corpus lingüístico disponible cuando escribía mi comentario sobre tu libro y ahora que veo hay como 700.0000 referencias en Google… No sé de donde se me habrá quedado 🙂

    Un abrazo,

    P.

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