Los libros, a la nube

Hace dos meses anoté mi intuición de que el futuro de los libros, como el de la música, estaba en la nube. De Spotify a «Bookify», para entendernos. Poco me imaginaba que Google -¿quién sino?- ya estaba en ello.

El buscador ya ha anunciado su decisión de convertirse en neo-librero, vendiendo libros que no se descargarán en ninguna terminal concreta sino que se leerán, desde cualquier soporte, en la nube.  De hecho, su Vicepresidente para Alianzas estratégicas va a presentar el proyecto en unos días en BookExpo America, la feria del libro de los EEUU, y allí estaré, sentada en primera fila. Los libros son la «nueva frontera» de los contenidos digitales, mi área de especialización.  Cómo leeremos -no sólo «qué leeremos»-y cómo «encontraremos» aquello que queremos leer no es sólo una cuestión de tecnología sino que impactará decididamente nuestro modo de interpretar el mundo y relacionarlos con él: ¿Acaso no leemos -y escribimos- para eso?

Antes de irme a Nueva York habré hablado de libros y contenidos digitales:

Este miércoles 12, a las 19h, en la Primavera literaria de Tarragona, invitada por la Assoc. Ariadna.

El lunes 17, a las 19h, en el XII Curso sobre la Creación literaria y la edición (Ámbito cultural ECI).

El jueves 20, a las 16h, en las 12 Jornadas Catalanas de Información y Documentación.

Libros, libros, libros. Un sector tan venerable y una transformación tan rápida.

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6 comentarios en “Los libros, a la nube”

  1. Sí, estaba «cantado» lo de Google. De la librería a ponerse a vender solo había paso y el siguiente es convertirse en Editor… quizás no lo haga, como no lo ha hecho iTunes con la música, pero quien sabe.
    Google busca tráfico, eso está claro, pero si colateralmente puede poner en marcha negocios que le ayuden a ello pues encantados de la vida. Recomiendo ver el video «Don’t be evil» que está en youtube (no es el único, hay varios «en contra» o sobre Google en Youtube) donde ves como azuzan con lo de compartir y gratis porque en el fondo les mueve otro interés. Pero está bien, es su estrategia y es respetable.

    El problema está en todos aquellos que ¿inocentemente? les están ayudando a que salgan en la primera posición cada vez que alguien busque un libro en concreto.

    Buen viaje y ya nos contarás!

  2. Por más que leo sobre la nube sigue sin gustarme la idea. Está muy bien el que todo sea accesible desde todas partes, pero veo el sistema totalmente inseguro. No porque sea fácil de asaltar, que ya se estarán encargando las empresas de que no sea así (aunque bueno, no hay ningún sistema 100% seguro) sino porque el día que falle ese sistema se pierde todo. O si te roban la contraseña, pierdes todos los datos. La verdad es que me sigue convenciendo más tener mis ficheros en mi ordenador y utilizar servicios independientes con usuarios y contraseñas diferentes. No es tan cómodo, pero bueno, en el caso de los libros, tampoco cuesta nada pensar antes de salir de casa en el libro que queremos leer ese día, y cargarlo en el ereader… Cuestión de segundos…

    El iPad está muy bien pero no es un lector, Tskno, si te planteas en algún momento probar un dispositivo, prueba un ereader. De todas formas, leer en digital y en papel no está reñido. Lo que comentas lo dice mucha gente que solo lee en papel, como si una vez que te pasas al digital ya nunca más pudieras comprar un libro; los que leemos en ereader seguimos comprando libros en papel, para regalar, para leer y para coleccionar.

  3. Me gusta la tecnología. Y tendré un ereader para lecturas menores.
    Por otro lado, toda la información que tengo almacenada en discos de 3,5″ ya no la puedo leer de manera sencilla a pesar de que de los floppys no hace tanto. Y sucederá lo mismo con los CDs, los pendrive, los DVDs…
    Además, detesto un hogar sin libros. Los libros vertebran la familia y las generaciones. Y un libro es también el objeto.

  4. @100×100 y @tskno: me parece que los dos coincidis en el concepto: la experiencia lectora. Los lectores acabaremos escogiendo el formato de lectura en función, entre otras cosas, de nuestra «implicación» con el contenido. No será lo mismo leer un manual que una novela, porque ya no es lo mismo. Y yo también creo que tenemos papel para rato. Gracias a los tres por comentar.

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