«Llegar, las mujeres llegamos a todo, pero ¿cómo? ¡Estresadas y cojeando!». Lo dije -y así lo ha recogido Teresa González Manso- en la tertulia en la que participé para Yo Dona y que se publicó en el ejemplar de la revista del pasado sábado.
A hablar de «Familia, trabajo… ¿Hay que renunciar a algo?» nos sentamos con la periodista Esther Esteban, la actriz y empresaria Blanca Marsillach y con Gloria Juste, presidenta de la Fundación Mujer, Familia y Trabajo. Yo acudí con mi novela Todo tiene un precio bajo el brazo.
Teresa ha hecho un resumen sólido de un encuentro que dio mucho de sí, porque es posible estar en desacuerdo desde la cordialidad. Al final, mal que nos pese, el estrés y la cojera unen mucho.
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Las mujeres… y algunos hombres.
JP,
Hombres incluídos. Aquí de lo que se trata es de que no cojee nadie…
Un abrazo
Es difícil que no cojee nadie, si trabajan los dos miembros de la pareja y no hay abuelos disponibles, siempre hay algún grado de cojera.
Casi todos los días llegamos cojeando y cansadas. Pero seguimos adelante