1 y de 2 Mayo: Días Nacionales de la Conciliación

Por ironías del calendario, el próximo fin de semana celebraremos el Día Internacional del Trabajo y el Día de la Madre.  1 + 2  de mayo= ¿Conciliación?

En vez de un perfume deberíamos proponer como regalo una conversación, para ver si y cómo avanzamos -nosotras y ellos- hacia un mejor desarrollo integral que no se base en la palabra «renuncia unilateral».

Y cito: «Ser trabajadoras, amas de casa y madres es una  (…) forma de vivir que acaba pasando factura. Nervios, estrés, ansiedad, sentimientos de culpa, insomnio, dolor de espalda, piernas pesadas y trastornos digestivos son algunos de los problemas que aparecen en estas mujeres».

La fuente de esta reflexión no es un oscuro grupo militante. La cita procede de… la revista Hola de esta semana (irónicamente también el título del artículo central es «Beneficios de la maternidad»). El estado de opinión existe, existe la conciencia de que no podemos llegar a todo sin pagar un precio.

Vista la coincidencia excepcional de fechas, propongo que declaremos el próximo fin de semana «Días Nacionales de la Conciliación» y pensemos cómo reducir la distancia que media -cada día- entre el discurso social y la realidad personal.

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1 comentario en “1 y de 2 Mayo: Días Nacionales de la Conciliación”

  1. Gloria Fontán

    Esto de la conciliación de la vida laboral y familiar, de ser madre, ama de casa, trabajar fuera de casa, etc. nunca me lo plantee. Creo que, paradojicamente, no tuve tiempo.
    A los 30 años me quede sola con 5 niños de entre 1 y 10 años y tuve que afrontar todas las actividades juntas, conciliar, educar, mimar, arropar, rendir en el trabajo y un largo etc. Además se me ocurrió a esa altura de mi vida recuperar lo que perdi al casarme, que fue la universidad y entonces sumé a lo anterior el hacer una carrera uiversitaria.
    Mi casa se convirtió en un verdadero regimiento y conciliamos todo entre todos.
    Hoy veo con orgullo y alegría hombres y mujeres de bien (hoy entre 28 y 38), todos profesionales, que saben conciliar su vida familiar y laboral como parte de su propia vida, con naturalidad.
    Es decir, conciliar no es ningún esfuerzo si lo «mamamos» desde pequeños. Si respetamos al otro (u otros) con los qeu convivimos, si aprendemos a aliviar la carga entre todos equitativa y naturalmente.
    Todos nos ocupamos de algo y todos disfrutamos de todo.

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