El inquietante poder de las palabras

El poder de las palabras
Enrique Baeza. Word Portrait

La Real Academia define “inquietar” como “quitar el sosiego, turbar la quietud”. Esta última semana he vivido tres ocasiones en que las palabras me han mostrado el increíble poder que tienen para alterar situaciones.

Las palabras son la primera herramienta de visibilidad que tenemos, porque con ellas captamos la atención del otro/a. Las situaciones que me han intrigado no son cotidianas, pero pueden darte ideas sobre cómo conseguir que el lenguaje juegue a tu favor.

Creas lo que dices |El lunes conocí, por mediación de Francesc Miralles, a Eva Sandoval. Eva es la autora del libro ¿Y tú que crees? Hablando con ella, me hizo notar que a menudo creas lo que dices.

El modo como hablamos determina la percepción que el otro se forma de nosotros y por tanto, su reacción a nuestra propuesta, y por tanto, la interacción.  Frente al otro, el lenguaje nos define.  ¿Eres de adjetivos negativos? ¿Utilizas a menudo el adverbio “quizás”?  ¿Recurres a una muletilla del tipo “sabes lo que quiero decir”?  En los cursos de formación de portavoces a los participantes los graban en video: de este modo se ven y toman conciencia de qué dicen y cómo. Haz la prueba tú mismo: escúchate al hablar –o mejor, grábate con el móvil. ¿Qué sensación transmiten tus palabras? ¿Entusiasmas? ¿Convences? ¿Titubeas?

Chamanismo textual |El martes tuve el placer de conocer al artista Enrique Baeza, autor de retratos con palabras como el que anima este post.  El encuentro estuvo propiciado por Maite Castellet, una de sus retratadas.  En su presentación, apuntó cómo funciona el ejercicio de “resumir” una persona con dos palabras, ejercicio que algunos críticos definen como “chamanismo textual”.

Enrique “mueve” palabras y espera a ver cómo reacciona el sujeto o sujetos que interactúan con ellas. Parece magia y quizás lo sea, porque a través de la escucha es capaz de percepciones sorprendentes.

El discurso de aceptación |El jueves asistí a la fiesta de inicio de la Semana Negra, el encuentro de novela negra de Barcelona. La fiesta sirve de marco a la entrega del premio “Crims de tinta”, que entrega la editorial RBA y cuyo origen se remonta al club de lectura de los Mossos de escuadra. Que la policía tenga un club de lectura sobre novelas de detectives me parece sensacional. Pues bien, Núria Cadenes, la ganadora de esta edición, ofreció un discurso de aceptación bonito y personal. Estaba nerviosa pero supo que los nervios jugaran a su favor y consiguió dejarnos a todos con ganas de leer Tota la veritat, su novela. Y ese debería ser, creo yo, el objetivo de los discursos de aceptación de premios literarios.

Barcelona    31 01 2016     Barceloneando      Cadena humana para el traslado de los libros de la libreria Nollegiu en el Poble Nou a su nueva sede a una calle de la anterior de distancia     Fotografia de Jordi Cotrina
Barcelona 31 01 2016 Fotografia de Jordi Cotrina

Cadena humana |La semana terminó con otro evento, que me perdí pero que quiero reseñar aquí. La librería No llegiu convocó a un centenar de vecinos para, literalmente, mover palabras.  Los vecinos formaron una cadena humana desde el antiguo local  al nuevo y, pasándose los ejemplares, trasladaron el fondo editorial de la librería.  Este acto participativo me anima a pensar en otros futuros para las librerías.

Y tú, ¿qué dices? Me encantará leer tus aventuras con palabras, si quieres compartirlas en los comentarios.

 

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5 comentarios en “El inquietante poder de las palabras”

  1. Francisco Po Egea

    Como siempre tu nota es muy interesante y muy adecuada. Muy de acuerdo con ella. Incluso me gustaría que elaborases más sobre el tema.
    Me molestan las coletillas que se prodigan ahora tanto, sobre todo entre la juventud: terminar cada frase con «vale».
    O contestar en las entrevistas, cuando a alguien se le pregunta con: «La verdad es que…»
    Siento no vivir en Barcelona o cerca para asistir a alguna de tus charlas.
    Gracias Neus y un afectuoso saludo

    1. Siento que tenemos que volver a dar valor a las palabras. Las soltamos con ligereza y resulta que las palabras pesan. Gracias por las tuyas, Francisco.

  2. ¡Hola, Neus!

    Me ha encantado tu post y me siento muy identificada con tus palabras. Muchas veces no les damos la importancia que tienen y las usamos a la ligera. Pero las palabras cuentan y en Internet aún más. Merece la pena pensarlas.

    Gracias y feliz día de Santa Águeda.

  3. Muy acertada tu nota Neus. No es que a otras les falte interés, pero esta es importante en los tiempos que corren. ¡Corremos el riesgo de la deformación del idioma (cualquiera que sea) y la expresión!

    El problema está, creo yo, en que casi nadie aplica el: «Di lo que piensas, pero piensa lo que dices». Y así vemos las cartas que vemos, los e-mails que vemos, los spots y «cuñas» de publicidad que soportamos, etc.

    Hay verdaderos tratados/manuales de escritura y expresión que desgraciadamente están olvidados en las estanterías o en «librerías de viejo».

    ¡Una lástima! Por eso te animo a insistir en ello; a ver si se pueden enterrar muletillas, redundancias, verbos que ni existen, etc.,etc.,etc.

  4. Montse y Fernando: coincidimos en dar valor a las palabras. «Revalorizar» podría ser buen verbo. Y los tres coincidís en animarme a continuar publicando sobre el tema. Lo haré. ¡Gracias!

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